¿Razones para dormir sobre los laureles?

Diariamente se escucha de virus que atacan computadores personales, pero no se ha sabido de virus en estado salvaje que ataquen a Linux (o a alguna versión de Unix, si es por eso). Las razones son más bien simples:

Sin embargo, el uso de Linux está creciendo en forma muy importante. Muchas máquinas Linux están en labores de servidor, conectadas en forma permanente a la red. Esto las hace vulnerables, y las transforma en blancos deseables (tomar el control de una máquina a la que no se tiene acceso no tiene mucha gracia).

Sin embargo, Linux se hace cada vez más popular. Un estudio de IDC sobre difusión de sistemas operativos de servidores citado por CNET da un 16% a Linux en 1998, y un 25% en 1999. Esto lo hace cada vez más interesante como blanco a ser explotado. Como Linux es fácil de conseguir, y corre en máquinas de bajo costo, un atacante potencial puede montar una máquina en la cual estudiar el sistema sin ninguna interferencia sin mayores problemas. Como ya se indicó, la disponibilidad de los fuentes del sistema es un arma de doble filo.

Sea como sea, la comunidad criptográfica hace tiempo llegó a la conclusión que la única manera de construir un sistema criptográfico seguro es que éste sea conocido en su funcionamiento, y que la seguridad dependa de una parte pequeña, fácilmente cambiable (la clave). Esto asegura una amplia revisión de parte de los profesionales en la materia, con lo que potenciales debilidades serán encontradas y corregidas. Los "sistemas secretos" (lo que se ha dado en llamar "security through obscurity", seguridad a través de la obscuridad) son seguros mientras sean realmente secretos en su funcionamiento, dejan de ser seguros en el momento en que dejan de ser secretos. Las mismas observaciones son aplicables a los sistemas computacionales que nos interesan.